La Ruta Correcta

Eran las 9 pm o más aproximadamente. Estaba muy cansada porque venía de ser parte del staff de una conferencia gigantesca que había tenido lugar en el ICC de Sydney. Es de esos momentos donde tu único anhelo es llegar a tu cama derecho a dormir, y estaba esperando el bus que me llevaría finalmente a mi casa.

Tenía dos opciones: El 320 o el 343.

El 343 llegaría más temprano, sin embargo me dejaba a 10 minutos de la casa y el trayecto era más demorado debido a que la ruta que tomaba era más larga.

El 320 es mi ruta perfecta, siempre lo he dicho J Sin embargo, tardaría 3 minutos más en llegar. Este bus, me dejaba a 1 minuto de mi casa y el trayecto era más corto porque la ruta era más directa.

Como estaba tan cansada tomé el primer bus que pasó, que fue el 343. Mientras iba en este bus, había olvidado que en el Google Maps, que siempre uso de guía, el mapa me estaba mostrando la ruta del 320.  Me di cuenta que efectivamente pasó 3 minutos después, que, efectivamente, ya estaba más cerca de mi casa que yo y que de hecho llegué unos 10 minutos más tarde que el 320 por no haberme esperado los 3 minutitos.

En ese momento, sentí como llegó una revelación a mi vida. En el principio creí que ese era el resultado de dejarnos llevar por la desesperación y tomar el primer bus que pasara, en lugar de esperar un poco más para tener un mejor resultado. En ese primer momento fue confrontada mi impaciencia, y los arrepentimientos que tenemos frecuentemente en nuestra vida cuando no esperamos tan solo un poco más para tomar la oportunidad correcta. Y también fue confrontado ese momento en el que después de escoger un camino, nos quedamos viendo o pensando en que tal vez habría sido mejor el otro (como me pasó a mí al quedarme viendo la otra ruta en Google Maps). ¿Cuántas veces nos hemos sentido así en la vida? En decisiones triviales como tomar un bus, no parecería tan grave, pero ¿qué hay de situaciones como: una oportunidad de trabajo, un cambio de país o la elección de la persona con la que pasaremos el resto de nuestras vidas? De cierto en estas decisiones fundamentales, no vamos a querer equivocarnos.

Ahí están los buses disponibles para nosotros, y también está nuestro libre albedrío. Los dos buses me llevarán al mismo lugar, es decir: Cumpliré mi propósito, llegaré a mi meta.  Con uno de los buses llegaré más rápido, el camino será recto y el esfuerzo será menor; con el otro me costará un poco más, habrá más sacrificio, quizás tendré que gozar de más paciencia, etc. Pero llegaré a mi destino, a mi otro lado. Yo escojo.

Les dejó con este post que vi recientemente por ahí:

Escoge tu dificultad:

“El matrimonio es difícil. El divorcio es difícil. Elige tu dificultad.
La obesidad es difícil. Estar en forma es difícil. Elige tu dificultad.
Estar endeudado es difícil. Ser estable financieramente es difícil. Elige tu dificultad.
Estar endeudado es difícil. Ser estable financieramente es difícil. Elige tu dificultad.
Comunicarte es difícil. No comunicarte es difícil. Elige tu dificultad.
La vida nunca será sencilla. Siempre será difícil, pero cuando puedes elegir tus dificultades, elige sabiamente.”

Entonces, ¿qué vas a elegir? ¿320 ó 343?

Ximena Coronado

Hola, Soy Ximena y sueño con transformar vidas: revelar, exhortar, animar, edificar, traer vida y libertad.Descubrir esos límites “invisibles” que cada persona se ha creído por muchos años y ayudarles a superarlos. Quiero ayudarte a cerrar el gap que hay entre donde estás hoy y donde quieres llegar

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